GANADERIA

Beneficios de la Ganadería Intensiva Tropical con Resultados de Campo.


En el trópico, el cual en América abarca la franja septentrional del continente, entre El sur de Estados Unidos y una extensa parte de Argentina, la actividad ganadera afronta serias dificultades impuestas por el entorno ambiental en que se desarrolla, y más aún en la actualidad, donde los estudios más recientes al respecto concluyen que dicha franja tropical se ha venido ampliando hacia los polos del continente como una de las severas consecuencias que trae el ya bastante bien reconocido fenómeno del calentamiento global.

Las altas temperaturas ambientales, así como la alta humedad relativa y la fuerte radiación solar, son características típicas del ecosistema ganadero tropical. A esto se le añaden otros factores que también influyen sobre el desempeño del ganado como son: la deficiente nutrición, cálidas y fuertes corrientes de viento, enfermedades infecciosas y parasitarias, entre otros, que afectan drásticamente tanto la producción lechera, como el crecimiento y desarrollo de los animales, el engorde y la fertilidad.

 

El ecosistema ganadero tropical:

El ecosistema, se define a su vez, como una comunidad integrada por un conjunto de seres vivos interrelacionados y el medio que habitan. Visto de esta forma, el ecosistema ganadero está conformado por animales de la especie bovina a lo que comúnmente conocemos como ganado, un suelo que les sirve de soporte, una vegetación que les sirve como alimento. La interrelación entre ellos se da de la siguiente manera:
El ganado consume la vegetación (pastos, forrajes, frutos, alimentos vegetales procesados, etc.), pero el bovino es apenas un hospedero de quienes realmente se nutren a partir de estos alimentos, que son los múltiples microrganismos que habitan en el rumen (hongos descomponedores, bacterias degradadoras y protozoos). Esta población de microorganismos transforman mediante una acción fermentativa los vegetales que consume el ganado en nutrientes para el cuerpo del animal. Todo lo que escapa a esta acción, pasa del rumen a los otros tres estómagos donde se completa la tarea digestiva por acción de enzimas y otras sustancias secretadas por ellos. La absorción de los nutrientes producidos en la fermentación ruminal se absorben por las paredes del estómago a través de papilas (papilas ruminales), y también por las paredes del intestino. A pesar de esta severa acción digestiva, algunas partículas no logran ser digeridas ni metabolizadas por el organismo animal y se suman a los desechos de la fermentación ruminal,  para ser evacuadas como excremento.

El excremento del bovino (heces y orina), tiene cargas muy altas de amoniaco y minerales, que una vez el animal los deposita sobre el suelo, siempre que estén sanos y libres de sustancias tóxicas (trazas de medicamentos o químicos) se ven sometidos a un proceso de descomposición por parte de la gran variedad de microorganismo (fauna del suelo: hongos, lombrices, gusanos, ácaros, etc.) que hay en la primera capa de suelo. Estos son pues la parte viva del suelo, y cumplen la función más trascendental del sistema ganadero, ya que son los encargados de transformar los desechos animales y vegetales, en nutrientes que deben descender con ayuda del agua que circula por el suelo (proveniente de lluvias y/o riego artificial) hasta capas más profundas donde serán absorbidos por las raíces de los vegetales, los mismos que servirán como alimento posteriormente al ganado.


Los vegetales a su vez, son los encargados de tomar por absorción radicular unos elementos minerales que le ha de proveer el suelo, y de secuestrar algunos otros elementos que le proveerá la atmósfera mediante el conocido “reciclaje de nutrientes” a través de los estomas que posee en sus hojas. Con ayuda del agua que circula por sus estructuras internas, de sus propias células y de la acción solar que le provee energía, producirán fotosíntesis para transformar los elementos de los que se ha nutrido en otro tipo de nutrientes que a través de sus tallos y hojas, principalmente de sus hojas, pasarán a ser los nutrientes que tomarán los microorganismos del rumen para convertirlos en nutrientes para el ganado, y estos a su vez servirán de alimento para el ser humano, cuando el animal los transforma en nutrientes que van en la leche o la carne.